Raimundo Pérez Lezama nació en Baracaldo (Vizcaya) el 22 de noviembre de 1922 y murió en Bilbao el 24 de julio de 2007.
Militó de portero en los equipos Southampton, Arenas Club de Guecho, Athletic Club, Indautxu y Sestao Sport.
Lezama fue uno de los "Niños de la Guerra" que se vio forzado a emigrar ante el avance de la Guerra Civil Española, llegando al puerto de Southampton el 23 de mayo de 1937.
A su llegada a Southampton, al sur del país, Lezama fue acogido en casa de Toby Keller, un comandante de la RAF -la aviación militar británica- y directivo del club local.
Durante su estancia allí jugo en el equipo de su escuela, el Nazareth School, y posteriormente fue fichado por el Southampton, debutando en un partido frente al Arsenal. A su regreso a España, en 1940 fue fichado por el Arenas Club de Guecho, y la temporada siguiente se incorpora a las filas del Athletic Club.
Debuta en la Primera división española el 27 de septiembre de 1942 en el partido Athletic 5 - 0 Betis. Esa misma temporada el Athletic consigue el título de Liga.
En la temporada 1946/47 consigue el Trofeo Zamora al recibir 29 goles en 23 partidos. Esa temporada el Athletic logra el subcampeonato de Liga. En 1951 es sucedido por otro mítico portero, Carmelo Cedrún.
A partir de aquí su carrera comienza a declinar, y entre 1952 y 1957 tan sólo disputó 12 partidos de liga. En 1957 fue fichado por el Indautxu, donde se reunió con sus ex compañeros Zarra, Panizo y "Piru" Gaínza. En la siguiente temporada militó en el Sestao Sport y, por último, dos años después, volvió al Arenas.
Además Lezama ganó seis Copas del Rey y otra Liga más con el Athletic.
Lezama se retiró del fútbol en 1961 jugando un total de 197 partidos en la Primera división española.
Fue internacional con la Selección de fútbol de España en una ocasión, concretamente el 26 de enero de 1947 en el partido Portugal 1 - 4 España. Nunca participó en una Copa Mundial de Fútbol.
Hasta su muerte, ha sido el ex jugador del Athletic Club de Bilbao con mejor palmarés. San Mamés se acostumbró a su técnica, muy adelantada a lo que entonces se veía. Introdujo conceptos que ahora son indispensables. Se colocaba con frecuencia fuera del área, para disponer de un mejor punto de vista. "Los árbitros estaban sorprendidos y se lo recriminaban", recuerda su hijo mayor, Manu. Además, destacó por importar el saque con la mano y el botepronto. "Su mejor recuerdo fue la final de Copa de 1943, cuando el Athletic ganó en Chamartín al Madrid". Al equipo blanco lo dirigía entonces Ricardo Zamora, que un año antes, como técnico del Atlético, le espetó a Lezama: "El fútbol no está hecho para ti".
Asiduo de La Catedral, Lezama sufría muchísimo cuando el Athletic se veía cerca del descenso. "No era un forofo. La procesión le iba por dentro, pero lo pasaba fatal", comenta su hijo.
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